Sociedad digital
- Isabela Galbiatti
- 2 oct 2017
- 3 Min. de lectura
En la clase de hoy de Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Educación Social, sí, lo sé, es un nombre muy largo, he hecho la puesta en común con mi grupo de dos textos que hemos leído, los dos bastante críticos con los cambios tan rápidos de nuestra sociedad respecto de las nuevas tecnologías; la llamada sociedad líquida, según Z. Bauman.
En un principio pensé que las lecturas no me habían aportando mucho ya que parecían ideas obvias o teorías ya conocidas y estudiadas en otras asignaturas de la carrera. Sin embargo, en la puesta en común pude reflexionar y aprender cosas muy útiles, por lo menos para mí.
Las nuevas tecnologías han supuesto un cambio muy grande en los recursos, materiales y medios utilizados en el sistema educativo, aunque siempre nos quejemos de que todo sigue igual y digamos que en las escuelas la cosa no avanza, yo no estoy de acuerdo con ello; dicho avance puede suponer en algunos casos dar pasos hacia atrás, pero estática no se ha quedado la educación.
Con la introducción de Internet, las redes sociales, los campus virtuales, las miles y miles de posibilidades que ese mundo nos ofrece, no siempre buenas y sobre las que debe haber un filtro de información muy claro, todo ha cambiado, la sociedad ha cambiado, nuestra manera de pensar, de observar, de recibir la información y de procesarla ha cambiado.
EL problema no está en Internet, sino en el uso que se hace de la información que se tiene ya que, desde luego, todo hoy en día se hace con un claro interés por detrás; en caso de Internet, dicho interés suele ser económico o también de persuasión por parte de ideologías, algunas veces ni siquiera cuestionadas. En este punto nos encontramos con un problema muy grave de nuestra sociedad actual: el reconocer una palabra como lo "bueno" o lo "correcto" sin más, sin pensar, sin cuestionar, sin dudar de ella. Pues claro, es de lógica... si algo es elevado a la categoría de bueno ¿por qué vamos a preguntarnos si puede ser malo?
En efecto, eso ha pasado con la tecnología, como con muchas otras (casi todas) palabras que empleamos en nuestro vocabulario actual. Ya no nos cuestionamos si la tecnología puede ser dañina, no vemos lo mucho que nos ha limitado y condicionado en nuestras vidas, en nuestras relaciones personales; y digo todo esto mientras escribo delante de mi ordenador con la vista bastante cansada ya por la luz de la pantalla que lleva horas alumbrándome, en fin...menuda paradoja. Pero me he ido un poco del tema, suele pasar xD; volviendo a ello, decía que nuestra autonomía de pensamiento actual se encuentra en una crisis muy profunda ya que nuestra capacidad de cuestionar se ve muy afectada por la cantidad de información que recibimos y por la limitación del tiempo que tenemos para procesarla.
Todo ocurre demasiado rápido y, por desgracia, nos hemos olvidado de cosas muy importantes y esenciales en la vida como es la escucha, la empatía y la relación personal con el otro. En cambio, nos sentimos agobiados y presionados por una lucecita que aparece en la esquina superior de la pantalla del móvil que a cada dos por tres nos invita a mirarlo; y cuando nos queremos dar cuenta ya se ha terminado otro día en el que hemos dedicado mucho tiempo a algo virtual y hemos hecho realmente pocas cosas productivas o que nos ayude a crecer como personas.
En fin, la reflexión ha sido algo más extensa de lo que me esperaba, así pues, aquí lo dejamos (por ahora). Hasta la próxima!

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